La lavadora es una de las invenciones más novedosas del pasado siglo, su invención humanizó e hizo mucho más rápida la realización de los quehaceres del hogar. Esta máquina para lavar ropas cuando salió al mercado por primera vez en el año 1901, acaparó la atención de las personas, sobre todo, de las amas de casa, quienes se sintieron recompensadas con este artefacto. El responsable de esta invención fue el norteamericano Alva Fisher. Si te interesa saber más acerca de este particular, conoce, ¿quién inventó la lavadora?
La lavadora: antecedentes de su origen
Hace muchos años atrás, las mujeres para lavar la ropa, tenían que ir a la orilla de los ríos, allí se maceraban las piezas, se frotaban con maderos o con piedras contra las rocas, tratando así de sacarle toda la suciedad y para finalizar el proceso artesanal del lavado, se enjuagaba de manera natural, en las agua del propio río.
Ante esta situación algunos investigadores se dieron a la tarea de buscar mejoras para la vida de quienes se dedicaban a las tareas del hogar, fue en el siglo XVI cuando se desarrolló un artefacto compuesto por cestos de maderas giratorios que ayudaban a lavar la ropa, quitándole la suciedad y escurriéndole el agua. Estas cajas de maderas devenidas las supuestas lavadoras, se hicieron muy populares en toda Europa, de hecho fue en el año 1767 cuando el alemán Jacob Christian Schaffer lo patentó como una de las primeras invenciones que se registraron.
Luego de este primitivo, pero aceptado y popular intento se presentaron otros. En Estados Unidos se lograron patentar los diseños de Nathaniel Brigg y Jonh Turbull, desarrollados por estos investigadores que quisieron apostar por mejoras para el lavarropas a partir de las experiencias anteriores.
Las lavadoras: Más de su historia y evolución
En América en el año 1851, James King inventó la primera lavadora de estilo moderno que utilizaba una especie de dispositivo de bombo. Esta máquina se acercaba mucho en su diseño a las actuales lavadoras, pero seguía siendo accionada con las manos. Aún con esta diferencia de las de hoy, la máquina lavarropas de King apuntó en la dirección correcta hacia las actuales lavadoras.
Las mejoras se mantuvieron, año tras año se valoraba la posibilidad de lograr un artefacto cada vez más completo. Aún en el siglo XIX, en el año 1858 fue perfeccionado el modelo de King que le antecedió, Hamilton Smith desarrolló la primera máquina para lavar alimentada por rotación. Evidentemente estos progresos serían los precursores de lo que sería la lavadora eléctrica muy similar a la que utilizamos hoy.
Alva J. Fisher y la invención de la lavadora eléctrica
Casi con el inicio del siglo XX, en el año 1910, el ingeniero estadounidense Alva J. Fisher, quien trabajó para una compañía de máquinas para lavar ropa, creó la primera lavadora eléctrica. Esta nueva máquina fue construida con un tambor, al cual se le echaba agua y jabones para hacer la limpieza de la ropa. Al igual que las lavadoras actuales esta máquina accionaba de forma eléctrica, esa era la diferencia, un motor eléctrico incorporado. El responsable de esta creación, llamó a su invento, Thor el poderoso. Esta máquina favoreció en gran medida el proceso de lavado, pues de manera ágil podían lavarse grandes cargas de ropas. De inmediato la máquina de Fisher ganó mucha popularidad por sus prestaciones y ya en el año 1928 el número de ventas alcanzaba las 913 mil unidades, sólo en los Estados Unidos.
Las lavadoras y su evolución
En el año 1922, Maytag introduce un sistema que permitía agitar el agua dentro del tambor, con este aditamento se lograba batir la ropa en lugar de arrastrar la tela alrededor del agua.
En el año 1930 W. Jonh Chamberlain de Bendix Aviation Corporation inventó una máquina con prestaciones integradas, este artefacto eléctrico también permitía lavar, enjuagar y extraer el agua de la ropa luego de terminado el proceso, todo en una misma operación.
Años más tarde en Europa, en el año 1951, comenzaron a producirse las primeras lavadoras automáticas, empresas como Whirlpool se incorporaron a la producción en el viejo continente.
Allá por los años 60, ya los precios de las máquinas automáticas habían descendido por las grandes producciones industriales de las nuevas lavadoras de doble bañera.
La masificación de las máquinas para lavar, lavadoras o lavarropas, como algunos las conocen, se produjo sólo cuando la electricidad se convirtió en un servicio de uso común. Lo cierto es que gracias a estos modelos de lavadoras, hoy contamos con variedad de estilos y marcas en dependencia de sus proveedores. Estos modelos fueron los que dieron paso a las actuales, que pueden ser sofisticadas y programables con diferentes funciones de acuerdo a los requerimientos de los usuarios.